OLGA CONNOR - El Nuevo Herald
Y fue allí donde, más tarde, Rabasa formaría parte del movimiento cultural cubano de esa ciudad, fundando el Centro Cultural Cubano de Nueva York (CCCNY), con Iván Acosta, Clara Hernández y Orestes Matacena, institución en la que actuó en muchas de sus producciones.
Desde entonces ha actuado en decenas de películas, Los gusanos (1977), Guaguasí (1978), Nostromo (1997), La ciudad perdida (2005) y, más recientemente, Job’s Daughter, aún en posproducción, dirigida por Emilio Roso, en la que hace el papel de Iván, quien trabaja en una tienda donde se desarrolla el drama.
Casi todos los años vemos a Rabasa por Miami. Esta vez, como el año pasado, en una producción cómica de Martí Productions, que dirige la cantante y productora Tania Martí, En el último cuarto hay son, una acuarela musical antillana.
“Me ha gustado siempre el teatro por la reacción rápida de la gente, lo que es mucho más impactante”, confiesa Rabasa. “Cuando sales al teatro no te puedes echar para atrás, el cine te da más persona, hay más dinero, pero el teatro es más humano”.
El actor viene especialmente de Los Angeles para ser el maestro de ceremonias chistoso y cumbanchero, junto a la parte seria de la directora del show, Zully Montero, que hizo recientemente el papel de la “mala” Hortensia de Santana, en la telenovela de Telemundo Santa Diabla.
Rabasa se mudó a Los Angeles después del los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, porque se paralizaron dos proyectos en los que trabajaba en la Florida. Pero en un tiempo, durante la década de 1980, era fijo de Sábado gigante, cuando desde Miami viajaba todos los meses a Chile con Don Francisco para hacer los segmentos chistosos del programa.